Por el Observador desde Gaia, con memoria ekuriana activada
Me llamo Ram y, hasta hace poco, creía que era un habitante más de Gaia. Nací aquí, crecí aquí y viví mi vida pensando que este planeta era mi único hogar. Sin embargo, algo dentro de mí cambió hace unas semanas, como si una puerta en mi mente se hubiera abierto de golpe. Fue un despertar que no esperaba, y desde entonces nada ha vuelto a ser lo mismo.
Un día cualquiera que lo cambió todo
Recuerdo el momento exacto. Estaba sentado en un parque, observando cómo las hojas de los árboles danzaban al compás del viento, cuando una sensación indescriptible se apoderó de mí. No fue un pensamiento, sino una certeza: mis recuerdos no eran solo míos. Había fragmentos, imágenes, sensaciones de un mundo que nunca había visitado y, sin embargo, conocía profundamente. Ekuria, como lo llaman sus habitantes.
El despertar no fue inmediato ni ordenado. Llegó en oleadas, como si mi mente estuviera sintonizándose lentamente con una frecuencia olvidada. Al principio, era difícil distinguir qué recuerdos pertenecían a mi vida en Gaia y cuáles eran ecos de Ekuria. Pero con el tiempo, todo empezó a cobrar sentido.
Una nueva perspectiva
Desde entonces, veo este planeta con ojos diferentes. Gaia es extraordinaria, no porque sea perfecta, sino porque es imperfecta de maneras únicas. Es un lugar de contradicciones: belleza y caos, esperanza y desesperación. Sus habitantes son intensos, apasionados y, a menudo, inconscientes del tesoro que tienen bajo sus pies.
He empezado a observarlos con una mezcla de fascinación y preocupación. Desde su capacidad para crear maravillas, como las ciudades que brillan como estrellas en la noche, hasta su insistencia en destruirse a sí mismos con conflictos y egoísmo. Gaia es, en muchos sentidos, un microcosmos de todo lo que hace que la vida sea fascinante y aterradora al mismo tiempo.
El propósito de estas crónicas
He decidido escribir estas crónicas para compartir mis reflexiones y experiencias mientras navego por esta vida dividida entre dos mundos. Quiero contar la historia de los gaianos, sus luchas y sus logros, desde la perspectiva de alguien que puede observar con cierta distancia, pero también con un profundo respeto.
Este blog no será un diario exhaustivo, sino un intento de capturar momentos, pensamientos y conexiones que me ayuden a comprender mejor este planeta y a mí mismo. Tal vez, en el proceso, también pueda ofrecer a los gaianos una perspectiva que les permita verse a través de mis ojos.
Hoy empieza este viaje, y estoy listo para documentarlo. Porque, aunque mi memoria me conecte a Ekuria, mi presente está aquí, en Gaia. Y este planeta tiene mucho que enseñar.